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jueves, 20 de julio de 2017

Presentación

Llegué a esta necesidad de escribir sobre mi infertilidad, la de un hombre, luego de una lucha de más de 6 años con Ella. Como todos, nos largamos a lograr un embarazo de la manera simple, natural, rápida, a los bifes. ¡Si todo el mundo puede así! La infertilidad es algo muy lejano, que no se nombra.
Pasaron, si mal no recuerdo, 11 meses. Y nada. En el transcurso fuimos tratando de ajustar las fechas, de tomar recaudos los dos y ácido fólico ella. Así lo hacen todos no? Hasta que un día Ella tan atenta y claramente más despierta, vino con la propuesta que me trajo hasta acá. Había que ir a un centro de fertilidad porque algo pasaba.
Pasamos por casi todos los tipos de tratamientos, sensaciones, emociones, dolores, pequeñas esperanzas y fracasos, grandes esperanzas y fracasos. Baja respuesta ovárica y espermatozoides que no sirven para nada. Cuando comenzamos no había ley de fertilidad y en 2017, cuando intentamos encarar un cuarto tratamiento de alta complejidad con donación de óvulos y esperma, la Obra Social nos dijo basta por una curiosa interpretación de la ley. Y quizás fue el empujoncito que faltaba para terminar con la búsqueda de un hijo. Al menos por ése medio.
Llegué acá porque mucho de lo que sufrí no lo saqué afuera y me hizo mal. Cada uno procesa el dolor como puede pero pocas veces como debe. Así que un día de abril de 2016, a mitad de camino entre un aborto que pasó y otro que iba a venir, me mareé, sentí que me moría, temblaba, el corazón galopaba a mil. Luego de meses y de recorrer distintas especialidades médicas llegamos a una conclusión, trastorno de ansiedad. Psicóloga mediante pude entender que no puedo guardar más lo que me pasó. Y cada tanto me asaltaba la idea de escribir sobre lo mío pero sobre todo de lo que puede ver un hombre sobre éste camino de la infertilidad. Recorrí muchos blogs, sitios de Facebook, cuentas de Twitter, etc y siempre son las mujeres las que escriben. ¿Y nosotros muchachos? ¿Qué nos pasa? En serio nos vamos a creer que en pleno 2017 seguimos siendo los súper hombres aunque no podamos tener hijos a la primera de cambio, que no podemos hablar de “eso” por el miedo al qué dirán, por el miedo a la gastada de nuestros pares. ¿Somos menos hombres por no poder? Yo tuve que sufrir varios traspiés para preguntarme éstas cosas. Se sabe que la mujer lleva el mayor peso de toda la cuestión pero cada pareja es una sola, una unidad, pero no puede ser que todo pase por el lado de ellas.
No esperen de éste blog una mirada científica, ni certezas absolutas. Se trata de compartir la experiencia y ayudarnos a pasar las distintas etapas, las buenas y las malas. Con alguna lágrima sobre el teclado porque es necesario y también sonrisas porque si algo tengo claro es que voy a buscarle el humor a cada cosa que escriba.
Bienvenidos, ojalá me acompañen y les deseo lo mejor.

4 comentarios:

  1. Gracias por compartir tu historia. Desgraciadamente seguimos en un mundo machista que exige del hombre que encierre sus sentimientos y se "trague" sus emociones. Enhorabuena por ser valiente y darle voz a la infertilidad desde el punto de vista masculino, sois pocos los que os lanzáis pero seguro que cada vez seréis más.

    Siento lo que estás pasando, esa incomprensión, vacío, sentimiento de soledad, de injusticia... muchas lo hemos compartido.

    Te mando toda la fuerza y el ánimo del mundo. Estoy deseando ver también ese lado de humor. Aquí estamos para intercambiar sonrisas y lágrimas.
    Bienvenido a la blogosfera.

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  2. Hola Maybe. Muchísimas gracias por tus palabras, muchos ánimos y fuerzas a ti también

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  3. Muchas gracias por compartir tu testimonio. Lamento mucho tu dolor, es durísimo tener que pasar por esto, y desde luego los hombres tenemos nuestra losa particular con lo mal visto que está que expresemos nuestros sentimientos (las mujeres tienen la suya que es aún más pesada, por vivirlo todo en primera persona). Te deseo lo mejor, sea lo que sea lo que tengáis por delante, y muchísima fuerza. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por comentar y pasar por el blog. Es verdad, la mujer lleva mayor peso pero el nuestro no es menor. Suerte en lo tuyo, abrazo

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