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martes, 25 de julio de 2017

Espermograma

Son muchas las películas y series de televisión que han planteado, sobre todo en forma de humor, el tema de los análisis que tenemos que hacernos los hombres al tratar de averiguar los motivos de la infertilidad. A diferencia de ellas, de nuestro lado lo que hay que hacer es casi siempre un mismo análisis, el famoso espermograma, que no es otra cosa que entregar una muestra de semen contenido en un frasco de ésos plásticos que venden en la farmacia. Si estás leyendo éste blog infértil ya sabrás cómo se obtiene ésa muestra y, creo, ahí reside la “gracia” que mostraron en series y películas. El tema es que lo gracioso desaparece en el mismísimo momento que nos enfrentamos al frasquito vacío. Mi experiencia siempre transcurrió en un mismo lugar por lo que la vergüenza fue la primera vez, quizás la segunda también, después ya me manejaba como parte del lugar habiendo pasado por casi 10 (si, diez) análisis iguales. Aclaro que vivo a una hora de viaje del laboratorio por lo que era complicado llegar a tiempo si hubiera querido tomar la muestra en la familiaridad de casa y llevarla lista. De hecho, lo intenté la primera vez y no sirvió. Hay cosas que siempre eran iguales como por ejemplo la preocupación si la “gestión” demoraba mucho y en lo único que lograba concentrarme era en qué estaría pensando la mujer que esperaba mi muestra en el laboratorio. Me tocó en distintas épocas del año por lo que en invierno costaba un poco más “entrar en calor” y en verano me tocó salir de ése baño que todavía recuerdo con un par de gotas de sudor en la frente. Una creencia que pocas veces se aclara es que para poder analizar los espermatozoides no hace falta llenar el frasquito. Es que su volumen termina siendo muy grande para lo que es una muestra normal, entonces uno termina mirando preocupado al ver una cantidad escasa, olvidándonos incluso que lo que importa más es calidad y no cantidad. No me cansaré de decir algo obvio: el mayor esfuerzo en esto de luchar contra la infertilidad es de la mujer, emocional y físicamente. Entonces uno puede tener algo de vergüenza, hacer chistes, pasarla mal en algún momento del análisis o con los resultados en mano pero jamás nos podremos comparar con ellas.

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