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miércoles, 24 de enero de 2018

Mi paso por los Centros de Reproducción Asistida

Muchos saben ya, si han leído el blog con regularidad y no sufren de algún problema de memoria (puede suceder) que los tratamientos los hicimos en dos centros de fertilización asistida distintos, MUY distintos. Antes de entrar en detalles, se sabe que mucho dependerá del resultado obtenido lo que podamos opinar o sentir respecto de un lugar. Dicho esto, vamos con el primer lugar.


Llegamos allí porque mi amigo más cercano hizo tratamiento y a la primera, embarazo. Un éxito! Que ingenuos e ilusos somos todos los infértiles cuando recién empezamos, creer que íbamos a  tener el mismo resultado si acudíamos al mismo lugar. Parece tan tonto visto a la distancia.


Volviendo a los tiempos de la ilusión, sacamos turno al azar, sin pedir un doctor en particular y ¿cuál nos tocó? Sí señor, el “dueño”, el mismísimo “the boss”. Para comenzar era perfecto, la sensación de que nada podía salir mal. Éste buen señor daría un par de órdenes, tocaría aquí y retocaría allá y todo listo! Les digo más, el doctor tenía un par de paredes con fotos y artículos de periódicos de alguna década atrás que daban cuenta de sus primeros éxitos (quintillizos incluídos, de cuando se transfería a lo pavote ja)


Al comienzo, la primera impresión, fue que el doctor-dueño tenía una cara de ojete (culo, de malhumor o cómo quieran llamarle) que asustaba. Lo habremos visto 10 o 15 veces a lo largo de los años y siempre tenía la sensación que se había olvidado la empatía o la buena onda en la mesita de luz ésa mañana. Además, era común cruzarlo en los pasillos antes que nos atienda y no registrarnos, no digo saludar, digo, nada. Y no dejen que les cuente que varias veces “olvidaba” lavarse los dientes… 😷


Eso sí, en las esperas veíamos a otras parejas y otros médicos y era todo sonrisas, al menos de los otros doctores. Las sonrisas de los pacientes, sabemos, dependían de cómo iba el tratamiento.


En ése lugar hicimos distintos tratamientos, de distintas complejidades, se encontraron fallas mías y de mi mujer. Pero nunca logramos nada concreto hasta que pegamos el portazo para cambiar de centro… y de aires.


En el otro se iluminó el camino, nos tocó un doctor que, oh casualidad, trabajaba en el otro lugar y se fue por “diferencias” con el dueño. Si si, ése mismo del que les contaba renglones arriba.


Nos tocó un doctor al que le sobraba la empatía y las ganas que al otro le faltaban. Logramos dos embarazos, llegamos al diagnóstico de trombofilia pero principalmente descubrimos que había muchas cosas que el anterior jamás investigó.


Quién sabe si es una estrategia de marketing que en estos tiempos se estudia al mínimo detalle ésas cosas, pero el doctor nos recibía y nos despedía con un abrazo, de esos que aflojan la tensión de cada consulta. Y siempre nos inyectaba una gran energía para seguir adelante.


Sabrán que a los dos embarazos les siguieron dos abortos. Y que íbamos por un tercero cuando la obra social, ateniéndose a la ley vigente, nos recordó que ya habíamos cubierto el máximo de 3 tratamientos de alta complejidad de por vida. Y allí es donde recuerdo (mal) a ése primer doctor que nos hizo “gastar” el primer tratamiento de alta complejidad siendo que de haber investigado más profundo hubiera sabido que no iba a resultar.


Volviendo al lugar bueno, un día pasó que nuestro doc no nos podía atender por un problema personal y nos tocó una doctora en reemplazo, nueva, con su recién obtenido posgrado o algo similar en una universidad yanqui (según mostraba el recién colgado cuadro en la pared). Y se ve que todavía la tenía afectada el jet lag o alguna otra cosa porque tuvimos que dictarle cada detalle de nuestro historial y prácticamente no tenía idea de lo nuestro. Y estábamos a días de una transferencia! Voy a decir lo que decimos todos los infértiles en ésas situaciones: Que bronca cuando crees que ya deberían tener claro tu caso y no, hay que recordarles todo, no sea cosa que se nos escape algo. Con lo que cuestan los errores en reproducción asistida!!


Y si digo que éste blog es para contar mi historia pero también para ayudar a otros quiero aprovechar el post para pedir encarecidamente que los médicos practiquen la empatía, la buena onda, el feeling. No digo que monten una fiesta cuando nos vean y tampoco que sepan de memoria cada caso porque ya sabemos que somos decenas a diario entrando y saliendo de los consultorios. Pero, por ejemplo, si uno tiene turno a las 11:30 sería genial que el turno anterior termine 15 minutos antes y en ése tiempo el especialista se dedique a revisar el próximo caso. No parece una idea muy novedosa la mía, lo sé, es lógica pura, es buena atención.


Y hablando de empatía, estamos hartos también de frases desubicadas, que duelen, a destiempo y varios detalles más. Entonces, así como los mismos centros recomiendan pasar por el psicólogo especialista en fertilidad a la hora del pre y el pos tratamiento también creo que los planteles médicos deberían hacer algo similar. Hay algo de lo que cada vez se habla más, de la educación emocional, de cómo manejar los momentos, qué decir y, sobre todo, qué no decir en determinados momentos. Eso sería de gran ayuda también.


Y otra cosa que surge cada tanto en las redes: que los centros traten de organizar los lugares para que las que no están embarazadas no vean embarazadas desbordando felicidad. Y para que las embarazadas un poco más centradas y comprensivas con las demás no tengan que esconder sus panzas para no hacerles mal a las que aún no lo logran, o lo perdieron por ejemplo. Seguro que para muchos lugares debe ser difícil organizarlo pero bueno, en el primer centro he visto desaparecer consultorios como si nada para hacer salas de espera por la cantidad de  gente que iba. Aún me pregunto dónde habrá ido a parar el urólogo que me operó de varicocele para mejorar algo que no mejoró. Atendía en ésa habitación que de un día para el otro pasó a ser sala de espera.

jueves, 4 de enero de 2018

Vicios, golpes, comidas y demás razones del infértil

Siempre en webs de diarios o revistas aparece algún informe sobre (in)fertilidad y los que no están en el tema, seguro pasan de largo, no sea cosa de tentar a la mala suerte leyendo ésas cosas que no son para mí (pensará el veinte/treintañero)

Pero nosotros, infértiles, entramos a cuanto informe circule por la web, sin reparar en la seriedad o no de los informes o estadísticas que plantee. Si habremos leído barbaridades que podríamos refutar desde el título hasta el punto final.

Y nunca falta el informe que titula “Los 5 motivos de la infertilidad masculina”. Aunque también hay notas de los 7 motivos, de los 9, 10 o la cantidad que el autor en cuestión haya podido consultar, certificar o… inventar. Porque convengamos que hay 4 o 5 motivos que los conocemos todos pero después es cuando alguno se pone creativo y empieza a inventar para desgracia de lectores e hipocondríacos.

Recuerdo la primera vez en el laboratorio para mi primer espermograma. Fui a informarme y salí informadísimo porque había cuadros y folletos en cualquier lugar al que mirara y, por si faltaran datos, un TV con un powerpoint lleno de pantallas con datos y estadísticas.

Recuerdo cuando salí preguntarme donde carajo metía el celular ahora  porque el dato principal que me había quedado era que el celular en el bolsillo delantero del pantalón era una de las posibles razones de infertilidad. “En el bolsillo trasero” pensé, pero dada mi falta de carne en mi partes traseras las radiaciones de la señal del móvil iban a traspasar a la zona en peligro sin ningún esfuerzo jaja. La preocupación no duró mucho, lo seguí guardando en el mismo lugar casi desafiando al destino.

Pero cada vez que leía alguna posible causa me daba por tratar de recordar o analizar si había hecho esto o aquello. Así, por ejemplo, tuve que hacer un rastreo mental de resultados inciertos en cuanto a la veracidad del recuerdo para tratar de encontrar cuándo fue que recibí un pelotazo en las zonas bajas jugando al fútbol. Era muy chico igual, no creo que sea éso. Pelotazo recibí en un ojo jugando al padel, pero no creo que tenga mucho que ver con no poder tener hijos ja!

¿La ropa interior apretada? Bueno, no es mi caso, la zunga no es lo mío definitivamente. Mejor todo un poco más suelto.

¿Habrá sido culpable de mi infertilidad las varias veces que en alguna cruzada de piernas me apreté mis partes con la posterior “coreografía” tratando de aliviar los dolores?

¿Habrá sido lo que como o lo que no como mejor dicho? Leí un informe que para mejorar la fertilidad hay que comer pescado y a mí no me gusta el pescado. En éste punto, sobre las comidas que sí y las que no para combatir la infertilidad se podría escribir otro libro.

Evitar las bebidas azucaradas dicen. Bueno, cuando era niño y quería irme a jugar tomaba el té sin azúcar y hoy uso edulcorante. Así que tacho ése punto en la checklist infértil.

¿Cigarrillo? NO; ¿Drogas? Menos; ¿Alcohol? Al mínimo por no decir nada. Ahí hay 3 causas que habitualmente se citan como causas de infertilidad en hombres y parecen bastante ciertas. Sin embargo, podría hacer una larga lista de personas cercanas o hasta famosos que consumen al menos una o las 3 cosas a la vez y andan teniendo hijos sin ningún problema. Cosas de la vida no?🤔

¡Estrés! Leí que el estrés puede producir infertilidad!!! ¿En serio? ¿Mayor estrés que no poder tener hijos? Esto es un loop, una inception o como se llame. Estrés por no poder tener hijos y no poder tener hijos por estrés.

Por si a alguien se le pasó, lo que yo tengo es Oligoastenoteratozoospermia. ¡27 letras! En ése trabalenguas dice que mis espermatozoides son pocos, de mala forma y poca movilidad. Lo de la cantidad no me animaría a imaginar por qué. En cuanto a lo de su mala forma debo decir que no soy precisamente un cuerpo perfecto así que lo que es en general, es en particular jaja

¿Lo de poca movilidad será porque nunca me gustó ir al gimnasio? ¡Vagos como el dueño! 😂

Quise tomarme un poco en broma algunas de las razones que todos hemos leído alguna vez. Lo que si noté en éste tiempo es que pareciera no estudiarse tanto a los hombres como sí se hace con las mujeres. A partir de eso es que, creo, al hablar de infertilidad la mirada queda puesta principalmente sobre la mujer y no tanto en el hombre, como si ellas fueran las únicas con problemas. Obviamente que hay especialistas del tema y se pueden hacer mejoras a partir de diagnósticos y estudios, de hecho yo pasé por una operación tratando de mejorar mi diagnóstico, aunque no resultó.

Seguiremos entonces leyendo de causas, de top ten, de los 10 mandamientos del hombre fértil y demás títulos de dudoso atractivo para leer. Y los leeremos y alguna que otra cosa probaremos. Eso es lo que pasa cuando se tiene un sueño y las ganas de pelear por él.